Hay que reconocer que son más modernos, concurridos, ajenos, pero sobre todo calentitos. Además tienen la ventaja de reforzar nuestra autoestima, nunca nos sorprenderán. Nunca pareceremos primerizos, en cualquier lugar del mundo nos sentiremos como pez en el agua. Visa en mano, no nos sentiremos confundidos, conoceremos a la perfección el modus operandi universal de los no lugares.
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1 comentario:
Bueno, quizás a los bichos raros como nosotros, también prefieran internet a la amena charla con café, que en el lejanísimo pasado se llamó tertulia, hora del té o reunión ilegal. No obstante, tu bitácora empieza a ser un lugar, en vez de un no-lugar. Apuesto por ella y por esas cosas que ayer no tenías que decirnos y ahora nos las dices.
Un abrazo. Luis.
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