Podemos también, aunque no lo parezca, tumbarnos al raso a contemplar las estrellas nocturnas. Quizás el paisaje urbano no carezca de grillos en forma de sirena, ni de aviones-estrella o lunas-farolas, llenas todas ellas.
Trashumamos por él, de Moncloa a Lavapies, de Aluche al Barrio del Pilar; descubriendo en nuestros avatares laborales o nocturnos, nuevos hitos donde clavar una bandera; nuevos atajos, manantiales y praderas.
Parece que este suelo, fértil en historias, no agota su capacidad de sorprendernos y aquí nos tiene, enganchados a su devenir febril y esquizofrénico.
3 comentarios:
Querido Carlos:
Estoy contentísimo de que te hayas metido tú también en el mundo de este de los blogs. Déjame usurparte un breve espacio de tu bitácora para decirte que espero que crezca, que te animes por la escritura y que aportes a la blogsfera todo lo que eres capaz de aportar.
Por lo demás, trashumancia tiene algo que ver con mansedumbre, y no espero que nos amanse nada las ganas de ejercer nuestra libertad tu blog, todo lo contrario.
Abrazos.
Como me alegra que sigas como tu eres. Que imagines, que filosofes y que sobretodo que escribas tus propias letras, que bien podrian servir a Sinkope, verdad?
un fuerte abrazo. ánimo con todo
Espero que tus palabras en este blog se conviertan en costumbre para nosotros, como se han convertido ya las de otros amigos que, como tú, tienen mucho que decir y nos hacen reflexionar o, simplemente, nos ocupan con gusto un ratito de esta estresante vida. Saludos y adelante.
Mario y Pilar
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