Existe una clase de bicho de ciudad que disfruta con las grandes obras. Mañaneros, ociosos, ocupan su tiempo en ir de valla en valla haciendo sus improvisados planes urbanísticos a la vista de información que se les muestra.
Corren buenos tiempos para estos bichos, bajo el lema de "¿qué pasaría si no pasase nada?", no dan a basto con tanta inauguración apresurada, tanto telón, tanta foto. Gracias a esas maravillosas simulaciones en formato wmv, pueden forjarse especulaciones sobre un prometedor futuro sin atascos, sin prisas, sin agobios. Una especie de Aldea del Arce en el que todo el mundo sonreirá, dirá los buenos días, llegará a tiempo al trabajo y amablemente cederá el paso a los ancianitos que cruzan las aceras.
Yo creo que soy de otra clase de bicho, un pelín más nostálgico, un pelín más desconfiado. Quizás, solo digo quizás, estos tiempos de obras megalíticas no nos hagan más felices a los bichos de ciudad. Quizás digo, porque entretanto al bicho de ciudad se nos ofrece, incita y casi aboca, a un vivir de despiadado consumismo, a la conveniente aceptación de no participar en la vida ciudadana más que una vez cada cuatro años. Quizás tampoco ayude el desmantelamiento de sistema educativo público, la novísima costumbre ciudadana de dejar en manos de sponsors la tarea de educar.
A los bichos como yo, también nos gustaría un mundo más bonito, más vivible, menos hostil. Solo que no pensamos que el hormigón genere ese tesoro.
jueves, 3 de mayo de 2007
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1 comentario:
Querido Carlos:
Creo que fue Gandhi quien dijo que sólo una voz era una voz, pero que cientos de voces juntas eran la voz del pueblo. Descubro con sorpresa que has ampliado tu blog, y con regocijo sabes que suscribo al cien por cien lo que dices. Por lo demás, tú también te has incorporado a este espacio de libertad de expresión, de reflexión y de sensibilidad, que sabes que está lleno también de bichos raros.
Ojalá encuentren el tesoro de verdad (sobre todo para que dejen de dar por saco con los túneles), pero me temo que eso no lo van a hacer. Supongo que el tesoro que no quieren encontrar es el del respeto a los ciudadanos y a sus quejas reales.
Gracias por tu compromiso. Se disfruta y se comparte. Por lo demás, nosotros ya hemos encontrado el nuestro: la amistad.
Un fuerte abrazo y me alegro no sabes cómo de que continúes con tu bitácora.
Luis Q.
www.autobiografiaporescribirluisquinonesc.blogspot.com
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